Los tambores de una gran guerra suenan nuevamente. Preocupado por las amenazas a sus intereses, el complejo militar-empresarial-industrial-mediático y criminal que opera desde los Estados Unidos de América (EUA) se prepara para enfrentar a las otras dos grandes potencias mundiales: China y Rusia.

En el camino para imponer un sistema mundial unipolar, el gobierno de los EUA necesita tener control total sobre su territorio más próximo, es decir,  América Latina y el Caribe. Esa fue la táctica durante la “guerra fría”. De ese tamaño es hoy la amenaza.

Muchos no lo recuerdan, otros aún no habíamos nacido; pero hace apenas medio siglo, el terror y la muerte eran el pan de cada día en Nuestra América. Por medio de golpes de Estado y dictaduras militares; asesinando, desapareciendo y encarcelando a quién se opusiera, las burguesías nacionales, impulsadas económica y militarmente desde los EUA, hicieron de la “Patria Grande” el “patio trasero”.

En 1959 Cuba fue la excepción, y es desde entonces el ejemplo.

Ese mismo espíritu imperial y colonial es el que hoy enfrentan los pueblos del continente. Basta con mirar los golpes de Estado en Honduras (2009) y Paraguay (2012), o las constantes agresiones contra los pueblos de Bolivia y Venezuela para corroborar esto.

¿Qué quieren? Lo mismo de siempre: someter a nuestros pueblos, imponer gobiernos serviles, apropiarse de nuestros recursos naturales y perpetuar nuestra dependencia.

México ha sido su proyecto de avanzada. Los pueblos del Sur tienen que mirar la barbarie en la que han sumergido al pueblo mexicano para entender las magnitudes del plan recolonizador.

Es en este contexto que se realizará en Panamá la VII Cumbre de las Américas. Una cumbre que será histórica: por vez primera Cuba participará de estos encuentros y eso en sí mismo resulta ya un triunfo.

Pero en Panamá se juega mucho más. La VII Cumbre será el escenario en el que EUA intentará imponerse y avanzar sobre la región. Por su parte, algunos gobiernos del sur del continente tendrán la posibilidad de reafirmar su carácter antiimperialista y comenzar a profundizar las transformaciones que sus pueblos les demandan. Sólo construyendo Pueblos-Gobierno podrán salir victoriosos en la guerra que se avecina.

Dice Raúl Zibechi, y dice bien que “vivimos una transición hacia un mundo unipolar, en la cual habrá aún más conflictos que ahora, y cada quién deberá tomar partido”.

Somos miles de hombres y mujeres los que hemos decidido ya de qué lado estamos, del lado de los pueblos de Nuestra América.

Y usted, ¿por quién tomará partido?