El clamor se escucha en todas las esquinas y rincones de Puerto Rico. Hay muchos deseos de la mayoría del país, en derrotar la corrupción y los abusos de los partidos tradicionales colonialistas y neo-liberales.

La credibilidad del Partido Nuevo Progresista (PNP) y del Partido Popular Democrático (PPD), está en caída libre y no hay quien los salve de un huracán electoral en el 2024, si el pueblo se une, por encima de diferencias de status político.

El país está listo y esperanzado en propinarles una gran lección de dignidad al PNP-PPD en el 2024. Desde la calle, los centros de trabajo y las comunidades, se reclama insistentemente, que se unan en la acción el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) y el renovado Partido Independentista (PIP), por el bien de Puerto Rico.

¿Estarán a la altura de los tiempos el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), el PIP y las organizaciones sociales que luchan diariamente, por mejorar las pobres condiciones de vida en Puerto Rico? El tiempo nos dará la respuesta.

Por ahora, la emergente tercera fuerza política del país y segunda en la capital de San Juan, Victoria Ciudadana, tomó la iniciativa y aprobó una resolución unánime en una reciente Asamblea Extraordinaria. Esta autoriza a su Coordinador General, el joven Licenciado Manuel Natal, para desarrollar diálogos con todos los sectores y viabilizar una alianza electoral o coalición en el 2024.

Por eso, ya comenzó hace dos meses un proceso de diálogo indispensable, sin prisa pero sin pausa, con esas colectividades que se oponen al bi-partidismo colonial. Es evidente que existe un ambiente de cooperación y solidaridad que promete y da mucha esperanza al pueblo.

Además, hace unos días, el legendario Presidente del PIP, Rubén Berrios Martínez, en el recién celebrado 47 Festival del periódico independentista Claridad, dijo públicamente que “el PIP está abierto a las acciones concertadas con otros sectores.” Se refería el portavoz histórico del PIP, a la posibilidad de que el Licenciado Juan Dalmau gane la gobernación en el 2024.

En verdad, esa afirmación es viable, si el MVC y el PIP acuerdan un respaldo mutuo por Juan Dalmau para Gobernador y Manuel Natal para Alcalde de San Juan. Como sabemos, la mayoría de los votos del candidato del PIP en el 2020, vinieron de otros sectores políticos más allá de los votantes independentistas. Lo propio en el caso de Natal para Alcalde de San Juan.

En verdad, la única manera que Juan Dalmau tiene oportunidad de luchar por la gobernación en el 2024, es que lo apoyen cientos de miles de personas de todas las ideologías políticas. Así ocurrió en el 2020, donde se estipuló por primera vez de parte del PIP, que un voto por Juan Dalmau “no era un voto por la independencia.” Ese es el camino, por tratarse de un asunto táctico electoral.

Por este medio, reitero que Juan Dalmau necesita el respaldo del MVC, que casi duplicó los votos íntegros del PIP en el 2020 y el día de las elecciones ganó la Alcaldía de San Juan. Además, duplicó los legisladores nacionales del PIP y obtuvo veinticinco (25) asambleístas municipales, en su primera participación electoral, sin recurrir al Fondo Electoral.

Desconocer esa realidad, es perder de vista de parte del liderato del PIP, la correlación de fuerzas existentes. El momento histórico requiere un sentido de humildad y desprendimiento colectivo. Así se hará posible esa alianza electoral que espera la mayoría de Puerto Rico, de parte sobretodo del MVC y el PIP.

También es indispensable que esas “acciones concertadas” a las que se refirió Rubén, logren integrar al movimiento obrero y a los movimientos sociales. Esos que han enfrentado al ultraje de nuestras playas y de nuestros recursos naturales, a la privatización del servicio público para robarle al erario y al crimen organizado de la corrupción pública por parte del PNP-PPD.

Solo así se puede adelantar el objetivo de derrotar al bi-partidismo corrupto en el 2024, a través de un junte de cientos de miles de personas, unidas por un programa común de buen gobierno y por la descolonización, como lo aprobó el pueblo en el Referéndum del 2012.

Es el pueblo trabajador y la esperanzadora y combativa juventud puertorriqueña, de todas las vertientes ideológicas políticas, quienes pueden triunfar en el 2024, si prevalece la unidad en la acción, el respeto y la solidaridad. Siempre visualizando primero el bienestar de todo el pueblo de Puerto Rico.