El presidente de Türkiye, Recep Tayyip Erdogan, acusó este martes a las potencias occidentales de difundir ideas neonazis y racistas, especialmente contra los musulmanes, y aseguró que el naufragio en el que cientos de migrantes murieron la pasada semana estuvo causado por su arrogancia y colonialismo.

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Un mensaje del mandatario turco a propósito del Día Mundial del Refugiado señala que "especialmente los países que enseñan lecciones de derechos humanos y democracia a todos menos a ellos mismos, ahora deben asumir la responsabilidad" sobre la cuestión del incremento de los refugiados.

De acuerdo a Erdogan "el problema de los refugiados puede resolverse eliminando las condiciones que provocan la migración y el desplazamiento forzado en su origen", al tiempo que llamó a cumplir el Pacto Mundial sobre Refugiados, adoptado en diciembre de 2018  y "a todas las partes involucradas a esforzarse más tanto en la implementación del Memorándum como en el cumplimiento de las obligaciones".

El presidente turco situó el origen de los problemas en "el discurso de odio, la ideología neonazi, la islamofobia y la xenofobia contra los refugiados que se extienden a otras sociedades como la hiedra venenosa tras echar raíces en los países occidentales".

Por eso, calificó a esos movimientos como "morbosos" porque, dijo "no consideran a nadie más que a su propia raza, cultura y creencias como humanos, [y son] una amenaza a los valores humanos y al futuro común de la humanidad".

En definitiva, apuntó Erdogan, "la mentalidad arrogante, que tiene sus raíces en el colonialismo, tiene una gran influencia en la transformación del [mar] Mediterráneo, que ha sido cuna de civilizaciones a lo largo de la historia, en un gigantesco cementerio de refugiados en los últimos años".

Ejemplificó, en ese sentido, como el hecho "más reciente y vergonzoso de esto es la tragedia humanitaria que tuvo lugar en el mar Egeo la semana pasada, en la que perdieron la vida cientos de personas inocentes, en su mayoría niños".

El número de migrantes muertos en ese naufragio subió el lunes, a 81, después de que se recuperaran otros tres cadáveres en la zona de la tragedia, ocurrida al suroeste de la península del Peloponeso en la madrugada del miércoles anterior.

La embarcación, con unas 700 personas a bordo, había partido desde Egipto, hizo una escala en el este de Libia, donde embarcaron los migrantes, y después siguió rumbo a Italia.