El presidente de Chile, Sebastián Piñera, inició este miércoles la primera visita oficial a Argentina de su segundo mandato en medio de la polémica que ha generado el que quisiera nombrar a su hermano Pablo Piñera, embajador en Buenos Aires.

La semana pasada, Piñera había anunciado que nombraría a su hermano embajador de la delegación diplomática ante Buenos Aires, pero la oposición lo impidió.

Tras acusar a Piñera de nepotismo, la oposición solicitó a la Contraloría General de la República pronunciarse al respecto, lo que llevó a que el nombramiento fuese postergado, mientras se espera una resolución oficial del organismo.

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Los diputados de oposición han indicado que el nombramiento de Pablo Piñera infringe el principio de probidad del artículo 8 de la Constitución. 

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Al respecto, el mandatario chileno indicó que “por respeto a la institucionalidad vigente, me parece prudente esperar el pronunciamiento de la Contraloría frente al requerimiento antes mencionado, antes de proseguir con la implementación de este nombramiento”.

De acuerdo con el mandatario chileno, su designación se da con la intención de “tener al mejor embajador posible para fortalecer las relaciones con Argentina y pensando una y exclusivamente en el interés de Chile”.

De acuerdo con el senador del Partido por la Democracia (PPD) Jaime Quintana, “la política internacional de Chile es de Estado, no una política familiar. No se ve bien. El propio Evópoli, que es un partido de gobierno, anunció un proyecto justamente para limitar o terminar con el nepotismo. Al parecer, el Gobierno desoyó ese llamado” .