El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó este miércoles que Moscú enfrenta de manera exitosa lo que denominó la “fiebre sancionadora” de Occidente y aseguró que resulta imposible querer aislar a Rusia.

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El mandatario señaló durante la tercera jornada del VII Foro Económico Oriental, celebrado en la ciudad portuaria de Vladivostok (este), que “Rusia maneja la agresión económica, financiera y tecnológica de Occidente”.

El jefe de Estado precisó que su país tiene un mercado monetario y financiero estable con una inflación en caída y con la tasa de desempleo en cifras históricamente satisfactorias.

A partir de ello, enfatizó que a pesar de que Occidente quiera aislar a Rusia “es imposible hacerlo” y “basta con mirar el mapa" para confirmarlo. Además, destacó que “la separación entre las élites occidentales y los intereses de sus propios ciudadanos está aumentando”.

Apuntó que Occidente quiere "imponer a otros países los modelos de comportamiento, privándolos de soberanía y sometiéndolos a su voluntad" mediante “la fiebre sancionadora”.

Subrayó que la Unión Europea se metió en un  callejón sin salida con sus medidas restrictivas unilaterales, que impuso bajo presión de Estados Unidos.

De igual forma, Putin enfatizó que “el nivel alcanzado de desarrollo industrial de Europa, la calidad de vida de la gente, la estabilidad socio-económica, todo esto se lanza al horno sancionador”.

Al mismo tiempo, el líder ruso expresó que Occidente trata de "mantener el orden mundial anterior" pero que “cambios tectónicos” han replanteado las bases del sistema internacional donde otras naciones se han convertido en “nuevos centros de crecimiento económico y tecnológico”.

Otros aspectos abordados por Putin

A su vez, el Presidente ruso abordó aspectos como el acuerdo para la exportación del grano ucraniano, la crisis del gas de la Unión Europea y  la operación militar especial en Ucrania.

Manifestó que "Occidente engañó a las naciones pobres con el acuerdo sobre el grano de Ucrania", y precisó que de 87 barcos con ese producto que ya zarparon de puertos de esa nación, solo dos se dirigieron a países en desarrollo.

Putin expresó que esto contradice el supuesto propósito de Occidente de aliviar el aumento de los precios de los alimentos y el riesgo de hambruna en los países pobres.

Recordó que la demanda mundial de energía sigue creciendo y que Rusia dispone de los recursos para ayudar a todos sus socios. Aseguró que "si Europa no quiere beneficiarse del gas barato de Rusia, no pasa nada, hay otros países dispuestos a cooperar con nosotros".

Dejó claro que "si la Unión Europea pone techo a los precios de la energía, Rusia no venderá nada, para no entrar en conflicto con sus propios intereses".