Rusia denuncia bloqueo ferroviario lituano de Kaliningrado
El Kremlin amagó con tomar medidas para defender sus intereses nacionales luego de que Lituania detuviera el tránsito de mercancías hacia Kaliningrado.
El Gobierno de Rusia condenó este lunes que Lituania decidiera prohibir "el transito ferroviario de una gran variedad de mercancías a la región de Kaliningrado sin avisar previamente a la parte rusa".
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También advirtió a Lituania, miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que si no restablece rápidamente el tránsito de mercancías hacia el exclave ruso de Kaliningrado, en el mar Báltico, tomará medidas no especificadas para defender sus intereses nacionales.
El Kremlin comunicó a la diplomática lituana, Virginia Umbrasene, que considera dicha "medida provocadora" como "abiertamente hostil".
El jefe del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma Estatal (Cámara Baja del Parlamento), Leonid Slutski, manifestó este lunes que con el permiso de la Unión Europea (UE), Vilna decidió “declarar un bloqueo y tomar como rehén” a la región de Kaliningrado, limitando el tránsito ferroviario a este territorio ruso.
Desde el 18 de junio, Vilna prohibió que pasen por su territorio las mercancías sujetas a las sanciones de la UE que circulan entre la región de Kaliningrado y las demás regiones de Rusia, con la excepción de los derrivados de petróleo que se podrán transportar hasta el 10 de agosto.
Por su parte, el gobernador de Kaliningrado, Antón Alijánov, aseguró que esa región rusa no comercializará bienes de otros territorios del país en tránsito por la UE, ya que solo los recibe para cubrir sus necesidades.
"Las medidas de respuesta a la decisión de Lituania de limitar el tránsito a Kaliningrado son evidentes y serán muy dolorosas", dijo el gobernador a la cadena Rossiya 24.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó la decisión de Vilna de inaudita e ilegal y aseguró que Moscú la analizaría a fondo, después de lo cual anunciaría sus medidas de respuesta.
Este exclave ruso, de poco menos de un millón de habitantes, se ha convertido en un punto estratégico de las divisiones cada vez más profundas entre Occidente y Rusia.
La ciudad portuaria es crucial tanto para Rusia como para los Estados bálticos para garantizar el transporte y el comercio en toda la región, donde las temperaturas suelen estar bajo cero durante gran parte del invierno.