Parlamento portugués aprueba despenalización de la eutanasia
La muerte medicamente asistida (eutanasia) es reconocida por los diputados, y avanza hacia su posible legalización por el Gobierno luso y tribunal constitucional.
Con 128 votos a favor de 222 diputados presentes en el Parlamento portugués, fue aprobado este jueves un documento que promueve la despenalización de la eutanasia en Portugal, en base al consentimiento mayoritario de cinco propuestas de ley por el derecho a morir.
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Portugueses o personas con residencia en el país, mayores de edad que se encuentren en pleno uso de sus facultades mentales y que sufran cualquier enfermedad o lesión incurable e insufrible podrían recurrir a la muerte asistida, si continúan los avances legales del procedimiento en esa nación europea.
Con la despenalización, la muerte medicamente asistida (eutanasia) es reconocida por los diputados, y avanza hacia su posible legalización por el Gobierno luso y tribunal constitucional.
En su cuenta oficial de Twitter, la presidenta del Grupo Parlamentario del Partido Socialista, Ana Catarina Mendes, destacó los logros, tras presentar proyectos para regular las condiciones especiales para la práctica de la eutanasia no punible.
Foram hoje aprovados na generalidade os projetos apresentados para regular as condições especiais para a prática de eutanásia não punível. O projeto do @psocialista teve 128 votos a favor, o do @EsquerdaNet 126, o do @Partido_PAN 122 e os do @OsVerdes e da @LiberalPT cada. pic.twitter.com/jts0Fc35a2
— Ana Catarina Mendes (@acmendes73) February 20, 2020
Cada una de las solicitudes deberá ser correctamente estudiada y corroborada al menos en cuatro ocasiones. Para ello, una comisión integrada por médicos y especialistas legales deberán acompañar el proceso de eutanasia, sin obviar que los profesionales de salud pueden acogerse a la objeción de conciencia.
Por otro lado, varias personas se manifestaron en las afueras del Parlamento para protestar contra las propuestas aprobadas. En ello juega un papel muy importante la posición de la Iglesia Católica portuguesa, quien ha tratado de frenar el debate sobre la ley, y encaminarlo hacia un referendum.
Asociaciones profesionales de médicos y enfermeras, así como del Consejo de Ética para las Ciencias de la Vida, por su parte mostraron insatisfacción al respecto de propuestas rechazadas en el año 2018 por la propia instancia lesgislativa.