El mandatario de EE.UU. Donald Trump, presentó este miércoles algunos detalles de su nuevo plan de reforma migratoria, en medio de una escalada de tensión con los demócratas y una serie de redadas en diez grandes ciudades, además del endurecimiento en reglas de petición de asilo.

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El proyecto legislativo sobre inmigración, una de las prioridades del Gobierno de Trump desde que asumió la Presidencia, mantiene los lineamientos de lo que ha sido su política migratoria en estos dos años de mandato, basándose principalmente en mayores controles en la frontera y un sistema de méritos para el solicitante de visas y residencias.

Pese a que el texto del proyecto de ley no ha sido revelado en su totalidad, el yerno y asesor de Donald Trump, Jared Kishner, presentó las líneas generales de un plan que aspira a limitar la llegada de inmigrantes de baja cualificación, priorizando un sistema de mérito profesional por encima de las solicitudes por parentesco. 

De igual forma, el proyecto contaría con la inclusión de un programa llamado E-Verify, que permitiría que las empresas accedieran a una base de datos para comprobar el estatus legal de los solicitantes de empleo.

Hasta el momento, lo que se publicó del proyecto no hace referencia a la situación de los extranjeros indocumentados que viven en EE.UU., (cifra que supera las diez millones de personas), ni tampoco expone un plan para regularizar a los soñadores (dreamers): jóvenes que llegaron de manera irregular siendo niños, pero que han obtenido unos beneficios para trabajar y estudiar en el país.

El objetivo es que los republicanos apoyen el plan antes de hacerlo público, pero todo indica que las exigencias a los inmigrantes serán mayores, especialmente en conocimientos de inglés y educación.