Cuando se cumple un mes de la operación Diluvio de Al-Aqsa y del asedio criminal de Israel contra la Franja de Gaza, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, solicitó nuevamente este martes un alto al fuego humanitario y una vez más ello fue rechazado por Tel Aviv.

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Guterres condenó nuevamente lo que llamó "atentados terroristas" cometidos por el movimiento de resistencia islámico palestino Hamás el 7 de octubre. Semanas atrás, durante una sesión del Consejo de Seguridad, afirmó que la operación de la resistencia palestina era producto de 56 años de ocupación asfixiante por parte del ente sionista.

Al mismo tiempo rechazó la muerte violenta de civiles en Gaza. Hasta el momento los bombardeos del ente sionista asesinaron a 10.328 palestinos, entre ellos 4.237 niños y 2.719 mujeres. Pese a su solicitud de que las partes pongan fin a las hostilidades para aliviar la crisis humanitaria, autoridades israelíes se opusieron a ella.

El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, se negó a acordar una tregua humanitaria si Hamás no libera a los 239 rehenes que mantiene en Gaza.

Previamente Hamás informó que alrededor de 60 ya fallecieron y se hallan bajo los escombros a causa de los bombardeos de Tel Aviv, y manifestó su intención de canjearlos por los cerca de 6.000 prisioneros palestinos encerrados en cárceles israelíes.

Este lunes, el canciller israelí, Eli Cohen, atacó nuevamente a Guterres y dijo que "Hamás es el problema de Gaza, no las acciones de Israel para eliminar esta organización terrorista".

Durante esta martes, las fuerzas de ocupación atacaron con aviones y artillería zonas residenciales de Gaza, matando a decenas de palestinos e hiriendo a otros. Se reportan bombardeos a edificios residenciales en Deir Balah, al centro de Gaza. 

También atacaron las inmediaciones del hospital Mártires de Al-Aqsa, en Deir Balah, con saldo de decenas de muertos y heridos, y la casa del periodista Mohammad Abu Hasira, quien trabajaba en la agencia de noticias WAFA. Allí fueron asesinados, además, 42 familiares suyos, entre ellos sus hijos, su esposa y sus hermanos.

Los ocupantes también irrumpieron en cinco hogares de la ciudad de Rafah y asesinaron a más de 20 civiles. Por otro lado, atacaron las inmediaciones de los hospitales Indonesio, Kamal Adwan y Al-Quds, cuyas instalaciones ya fueron bombardeadas en otros momentos del asedio.