La ciudad de Nueva York contabiliza este viernes más de 160.000 casos confirmados de Covid-19. De ellos, 777 personas han fallecido en las últimas 24 horas, lo que asciede a 7.844 el total de decesos.

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Pese a ello, las autoridades cifran sus esperanzas en algunos datos que consideran alentadores: lo referido a las hospitalizaciones por causa de la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus, una cifra que va en descenso desde hace días.

El 2 de abril se internó a 1427 personas, el pasado miércoles fueron 586, y ya las pasadas 24 horas se hospitalizaron 290 pacientes. Esto oxigena el sistema de salud del Estado.

No obstante, la situación sigue siendo compleja. La pasada jornada, el número de enfermos ingresados en cuidados intensivos fue inferior al de pacientes dados de alta. El déficit fiscal que ya acumula el Estado está entre 10.000 y 15.000 millones de dólares, mucho mayor que el que siguió al 9/11.

Todavía en el escenario actual, se proyecta la necesidad de 136.000 camas hospitalarias, cuando el Estado cuenta apenas con entre 33.000 y 36.000. Es por ello que el gobernador Andrew Cuomo se refirió a la necesidad de aplanar la curva de propagación de la epidemia.

Cuomo, al comparecer ante la prensa este viernes, manifestó que la presión sobre el sistema de salud de la demarcación es insostenible, y que este está funcionando a “máxima capacidad”.