La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) puso en órbita este sábado el moderno telescopio James Webb, considerado el más potente y caro de la historia, en busca de nuevos hallazgos que ayuden a crear certezas en torno al origen del planeta y alcanzar lugares del universo, hasta ahora inaccesibles.

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El lanzamiento del cohete Ariane 5 que transporta al James Webb aconteció en el puerto espacial de Kourou, sito en Guayana Francesa.

El cohete tendrá como objetivo de trasladar al telescopio a una distancia de cerca de 1,5 millones de kilómetros más allá del planeta Tierra.

Las esperanzas de la comunidad científica de llenar enormes vacíos de conocimiento sobre la estructura y creación del universo, agujeros negros y otros componentes de la galaxia están sembradas en el más caro, grande y potente telescopio espacial jamás construido.

Asimismo, una de las labores del telescopio es que funcione como una suerte de máquina del tiempo pues, por las propiedades de materias como la luz, el tiempo, la distancia y otros componentes, se espera que se revele cómo eran las estrellas hace más de 13 millones de años.

El nuevo observatorio espacial es 100 veces más potente que su predecesor el Hubble que lleva 32 años orbitando. Además, el espejo del Webb mide 6,5 metros en su punto más ancho lo que lo hace más grande que el del anterior observatorio aunque es más ligero por estar construido mayormente con berilio. El telescopio costó aproximadamente 10.000 millones de dólares.

La misión del James Webb está programada para una duración de 10 años, debido, entre otros asuntos a que por su composición y funcionamiento es necesario enfriarlo constantemente con helio líquido hasta los 267 grados centígrados bajo cero y cuando el refrigerador termine, dejará de funcionar el telescopio.