¿Cómo afecta el matrimonio infantil al bienestar de las niñas?
El matrimonio infantil es una de las causas de persecución y dominación por motivos de género.
Casarse o no, es un acto de libertad para algunas personas, mientras que para las niñas en una parte del mundo no es una demostración de lo que creen que es el amor, ni de decisión: es una violencia al cuerpo y al alma.
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El matrimonio infantil es un acto forzado para las más de 700 millones de mujeres y niñas obligadas a casarse antes de los 18 años de edad.
Niñas obligadas a contraer matrimonio en contra de su propia voluntad, a las que se les niega su derecho a ser niñas, la capacidad de decidir sobre su propia vida y su cuerpo.
Según datos ofrecidos por la plataforma feminista Píkara Magazine, una de cada tres mujeres o niñas son obligadas a casarse. Más de 40.000.000 contrajeron matrimonio antes de los 15 años. Estas cifras fueron registradas en 2018.
El matrimonio infantil es una de las causas de persecución y dominación por motivos de género que existen y una violación fundamental de los derechos humanos de las niñas. Es además la permanencia del patriarcado, del poder que posiciona lo considerado masculino.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha definido la relación conyugal infantil como matrimonio formal o unión informal entre un niño menor de 18 años y un adulto u otro niño.
De igual manera, lo calificó como una práctica generalizada. En promedio, una de cada cuatro niñas se casaba siendo niña hace diez años; hoy aproximadamente la relación es de una de cada cinco en la actualidad, según indicó el Unicef.
Diversas son las circunstancias estructurales, contextuales y culturales que hacen que esta práctica persista en el mundo, entre ellas la pobreza, desigualdades de género, las llamadas tradiciones culturales que van en contra de los derechos de las personas y que están transversalizadas todas por la ideología patriarcal.
Las niñas que se casan antes de cumplir 18 años están obligadas en muchas ocasiones a no asistir más a los sistemas educativos, y además la mayoría sufre diversos tipos de violencia, entre ellas la sexual.