Alrededor de 500 personas se congregaron en la noche del viernes último frente a la casa del presidente de Colombia, Iván Duque, con cacerolazos en otra jornada de protestas, iniciadas el jueves contra las medidas económicas y políticas del mandatario.

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Los manifestantes hicieron frente al toque de queda decretado por Duque, el cual ha dejado un saldo de tres muertos y alrededor de 273 heridos, con el despliegue de cerca de 20.000 policías y militares para hacer frente al paro nacional contra el gobierno, vigente por tercer día consecutivo.

“Rechazo categóricamente las afirmaciones tendenciosas y politiqueras que están tratando de insinuar que es la Fuerza Pública la que promueve el vandalismo; todo lo contrario, es la Fuerza Pública la que nos protege de los criminales”, señaló el presidente este sábado.

Si bien Duque ha convocado a un diálogo social para la próxima semana, estudiantes, indígenas, sindicatos, campesinos y miembros de partidos opositores han tomado las calles contra las medidas neoliberales del jefe de Estado colombiano en más de quince meses de gobierno.

En otro acto multitudinario en la jornada de este sábado, alrededor de 3.000 personas se concentraron en la céntrica Plaza de Bolívar, mientras los policías lanzaban gases lacrimógenos contra la manifestación y los militares reprimen a los manifestantes.

“Todavía siguen días complicados. Pido a nuestros ciudadanos paciencia y resistencia y los invito a que enfrentemos unidos a los que nos han hecho daño y quieren seguir haciéndonoslo. Nuestra ciudad, nuestra democracia y nuestras instituciones prevalecerán”, expresó, por su parte, el alcalde de Bogotá (capital), Enrique Peñalosa.