La dirigente y activista indígena de Argentina, Moira Millán, relató este martes parte de lo ocurrido con la desaparición de su hija, Llanka Millán, y agradeció a las organizaciones sociales y movimientos feministas que enviaron mensajes de apoyo.

Millán precisó que su hija se encontraba en una ceremonia con otros miembros de la comunidad mapuche y resaltó que, desde hace mucho tiempo, los indígenas viven su espiritualidad en la "clandestinidad porque los lugares ancestrales de ceremonias, están cercados por alambres, por la propiedad privada, por latifundios".

Además, aseguró que "esta situación ha causado que muchos de nuestros hermanos tengan que ir a hablar secretamente con la tierra" y fue en esas circunstancias que su hija desapareció, por lo que instó al Gobierno a reconocer el derecho a la espiritualidad de los pueblos mapuches y devolver los lugares sagrados.

Asimismo, indicó que ser mujer e indígena no debe constituirse en un factor de riesgo, tampoco la lucha de los activistas que tienen un compromiso para alcanza un mundo mejor.

El pasado 23 de diciembre, Millán informó la aparición de su hija a través de su cuenta en Twitter y, en horas de la tarde del mismo día, notificó que ya conocía su paradero. "Estoy muy agradecida con cada uno de ustedes por el apoyo que me brindaron" sostuvo.

Por otro lado, alertó que tras saber que Llanka estaba bien, recibió un llamada con "una voz distorsionada que me aseguraba que aún tenían secuestrada a mi hija".

La dirigente mapuche ha sido víctima de múltiples ataques y amenazas de muertes como consecuencia de lo que considera un "mecanismo de tortura psicológica", por lo cual hizo un llamado a los líderes sociales a mantener la unidad y la lucha que les permita contrarrestar "tanta violencia y vulnerabilidad".

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