Una explosión en un depósito de combustible cuyo contenido estaba siendo distribuido a la población en un distrito de la región de Akkar, en el norte del Líbano, dejó al menos 28 muertos y otras 79 resultaron heridos.

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La Cruz Roja Libanesa reportó que un camión cisterna había explotado y que su personal había recuperado 28 cadáveres del lugar en el poblado fronterizo de Tleil. 

La explosión se produjo después de que el ejército confiscara un almacén en Tleil donde se almacenaban 60.000 litros de gasolina y diera orden de distribuir el combustible a los residentes de la zona, según un funcionario castrense. 

Los residentes se habían reunido para recibir el escaso recurso, disponible sólo en el mercado negro a precios desorbitados, y en ocasiones ni siquiera eso.

Líbano, que sufre una de sus peores crisis económicas desde la década de 1850, según el Banco Mundial, enfrenta una seria escasez de combustible desde hace meses.

El pasado 4 de agosto de 2020, una explosión en el puerto de la capital, Beirut, se saldó con más de 200 muertos y enormes daños materiales.