El líder de una secta cristiana en el sur de Kenia, Paul Mackenzie, que, presuntamente, persuadió a 425 personas para que ayunaran hasta morir con el objetivo de encontrarse con Jesucristo permanecerá en prisión preventiva por otros 47 días, según dictaminó el tribunal Shanzu, en la ciudad costera de Mombasa.

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La decisión se toma después de que el pasado martes la Fiscalía presentara una solicitud para que este y otros 27 coacusados continúen detenidos por siete semanas más para que la Policía pueda terminar su investigación.

Mackenzie, pastor que lidera la Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas se encuentra bajo custodia policial desde el pasado 14 de abril.

El 19 julio, la comisionada regional de Policía de la Costa keniana, Rhoda Onyancha, confirmó que el número de muertos ascendió a 425. Los rescatados con vida se mantienen en 95, así como 613 personas han sido reportadas como desaparecidas hasta el momento.

El pasado 27 de junio, el patólogo jefe del Gobierno, Johansen Oduor, indicó que, de los 338 cuerpos examinados hasta esa fecha, 117 eran de menores y 201 de adultos, mientras que 20 se encontraban en un estado de descomposición demasiado avanzado para determinar la edad.

Las autopsias de más de un centenar de cuerpos evidencian signos de inanición, pero también los cadáveres de al menos tres menores y un adulto presentan muestras de estrangulación y asfixia.

Por otro lado, las primeras investigaciones de la Policía apuntaron a que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisieran abandonarlo.

Casi todos los muertos de la llamada "masacre de Shakahola" han sido exhumados de tumbas y fosas comunes halladas en el bosque de ese nombre, a excepción de unos pocos que murieron en el hospital debido a su estado grave.