Varios sindicatos italianos de transporte llamaron a una huelga de dos horas para este 7 de febrero, que incluye a todos los empleados ferroviarios de las compañías del sector de la red nacional y local, luego del mortal accidente en el norte del país, ante la gravedad del hecho y en respeto de las vidas perdidas.

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Las organizaciones sostienen que es terrible que, “haciendo su trabajo de manera correcta y diligente, con profesionalidad y pasión, se pueda perder la vida y es aún más inaceptable cuando estos acontecimientos se producen en uno de los sistemas más avanzados a nivel mundial desde el punto de vista de la seguridad".

En la madrugada de jueves, los dos primeros vagones de un convoy Frecciarossa se salieron de la vía cerca de la ciudad de Lodi. En el accidente fallecieron dos maquinistas, 31 personas sufrieron lesiones y una permanece desaparecida. El descarrilamiento fue en la línea que cubre Bolonia-Milán a la altura de la ciudad Casal Pusterlengo (Lodi).

El prefecto de la ciudad de Lodi, Marcello Cardona, explicó que las consecuencias del accidente habrían podido ser mucho más graves, “habría podido ser una matanza”. En el lugar del accidente continúan las operaciones de rescate, en las que se han implicado ambulancias y helicópteros.

El tren provenía de la estación central de Milán. Según las primeras imágenes, la locomotora se salió de las vías y continuó hasta impactar con una casa de campo deshabitada, mientras volcó el segundo vagón del tren.

Ferrocarriles del Estado informó que se han desviado todos los trenes que pasaban por esa vía, lo que produciría retrasos de hasta una hora y numerosas cancelaciones.