El líder supremo de la Revolución Islámica, ayatolá Seyed Ali Jamenei recibió este viernes en la capital iraní, Teherán, la segunda dosis de una vacuna nacional contra la Covid-19, denominada Coviran-Barekat, e instó a redoblar esfuerzos en solucionar las necesidades del país a partir de esfuerzos propios.

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Antes de vacunarse, el también líder religioso del país persa había anunciado que solo ponía dos condiciones: la primera, que su vacunación no se hiciera fuera de turno; y la segunda, que aceptaría exclusivamente una vacuna iraní.

Esta segunda dosis completa el esquema que ya había comenzado Alí Jamenei el 25 de junio pasado.

Tras la inoculación, el ayatolá Jamenei aseguró que los problemas relacionados con el suministro de vacunas se deben en gran medida a que los proveedores extranjeros no cumplieron sus compromisos con Teherán.

Jamenei dijo que "esa cuestión confirma a todo el mundo y a los funcionarios del país que la dependencia de los demás causa problemas, por lo que debemos resolver por nosotros mismos todos los asuntos".

De igual manera, agradeció los esfuerzos del personal sanitario y de atención médica, en especial de los científicos e investigadores en la producción de vacunas nacionales, en insistió en la necesidad de perfeccionar los protocolos de atención a los contagiados.