Embajada sueca en Bagdad atacada tras quema del Corán en Suecia
Irak condenó como "racista" e "irresponsable" la quema del libro sagrado de los musulmanes a manos de un iraquí radicado en Suecia.
Decenas de personas irrumpieron este jueves en el edificio de la embajada de Suecia en Bagdad, siguiendo el llamamiento del poderoso clérigo chií iraquí Moqtada Al Sadr, para protestar por la quema del Corán, libro sagrado de los musulmanes, en una mezquita en Estocolmo.
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Algunos de los manifestantes han prendido fuego a una bandera con los colores del arco iris que representa a la comunidad LGBT y muchos sostenían el Corán y retratos del clérigo populista chií iraquí Moqtada al-Sadr y coreaban "sí, sí al Corán".
Sadr pidió la "salida del embajador" después de que Salwan Momika, un refugiado iraquí, quemara varias páginas del Corán el miércoles ante la mayor mezquita de Estocolmo. Antes de la irrupción, los manifestantes se congregaron frente a la embajada tras el llamado del líder chiita.
Musulmanes indignados asaltan la embajada de Suecia en Irak tras la quema del Corán en Estocolmo pic.twitter.com/K46OqaJxmT
— Antiliberal ☭���� #spexit☭ (@Antoniodelmonio) June 29, 2023
El Ministerio de Exteriores de Irán convocó al embajador sueco en Teherán, en protesta por la quema de un ejemplar del Corán frente a una mezquita en la capital de Suecia, Estocolmo.
Suecia debe extraditar hacia Irak al inmigrante que quemó en Estocolmo una copia del Corán, afirmó este jueves el portavoz del Ministerio de Exteriores del país árabe, Ahmed Al-Sahhaf, citado por medios locales.
Este acto coincidió con el comienzo del Eid al Adha musulmán y el final de la peregrinación anual a La Meca en Arabia Saudita, lo que provocó la ira en Oriente Medio y el sur de Asia.
En este sentido, líderes y gobernantes de diversos países árabes y musulmanes condenaron a las autoridades de Suecia por autorizar una manifestación en los alrededores de una mezquita en Estocolmo, en la que un iraquí radicado en el país europeo quemó una copia del Corán.
El rechazo mundial, encabezada por Türkiye y a la que también se unieron Rusia y otras naciones, obligó a Suecia a abrir una investigación contra el extremista que negó que sus acciones constituyeran un "crimen de odio" o "agitación hacia algún grupo".
Mientras tanto, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, denunció nuevamente a Suecia por permitir la profanación, nublando aún más las posibilidades de la nación nórdica de unirse rápidamente a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN).