La inflación en Argentina alcanzó el 43,9 por ciento en 2018, lo que representa el más alto aumento de los precios desde la salida de la convertibilidad en 1991. 

En ese año el Congreso de Argentina, durante el Gobierno de Carlos Menem, decretó la Ley de Convertibilidad del Austral, que establecía una relación cambiaria fija entre la moneda nacional (peso) y la estadounidense (dólar). 

La información se desprende de un reporte del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), que precisó que solo en noviembre la inflación fue de 3,2 por ciento. 

De acuerdo con el reporte, el costo de la vida para los trabajadores asalariados sindicalizados aumentó 2,9 por ciento mensual en noviembre y el total del año fue de 47,2 por ciento. 

Entre los productos que más aumento tuvieron destacan los alimentos y las bebidas, junto a otros bienes, con un porcentaje de 2,5 por ciento y 5,8 por ciento en el mes. 

Pese a que el presidente Mauricio Macri prometió en campaña mejorar el poder adquisitivo de los argentinos, la inflación sigue sin detenerse, mientras que el pese pierde valores respecto al dólar y sigue creciendo la deuda externa, bajo las condiciones de recorte del Fondo Monetario Internacional (FMI). 

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