El sindicato de profesores de San Pablo (1.000 km al sur de Brasilia) anunció el comienzo de una huelga este lunes, fecha de reapertura de las escuelas en el estado brasileño, al considerar que existe carencia de condiciones sanitarias para enfrentar la pandemia de la Covid-19.

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El regreso presencial a los colegios ocurre en medio de la segunda oleada de la pandemia en Brasil, donde hasta el momento se acumularon más de 9,5 millones de contagios y unas 231.000 muertes debido a la expansión de la enfermedad.

Según el Sindicato de los Profesores de la Enseñanza Oficial del Estado de Sao Paulo (Apeoesp), la decisión fue apoyada por el 81,8 por ciento de los educadores en una asamblea celebrada el viernes, en la cual los pedagogos se manifestaron contra la decisión de reabrir los planteles públicos en Sao Paulo, epicentro de la epidemia en el país.

El Apeoesp denunció que las unidades docentes no tienen condiciones de sanidad para recibir a los alumnos y se registran casos de personal y profesores contaminados por la Covid-19, por lo cual, hasta el momento, los maestros decidieron quedarse con el trabajo a distancia (remoto).

La presidenta del sindicato, Maria Izabel Noronha, explicó que se trata de una "huelga sanitaria en defensa de la vida contra la vuelta a las clases presenciales". En contraste con otros paros, precisó, esta vez se trata de la salud, de preservar la vida de docentes, alumnos, empleados y familiares.

Noronha expresó que "no hay condiciones para un retorno seguro. Las escuelas no tienen la menor infraestructura. Recibimos continuamente fotos y videos de profesores que muestran baños rotos, basura acumulada, goteos, alcohol en gel caducado. Y todo esto provoca graves consecuencias".

Según la Apeoesp, en las escuelas de la división territorial se detectaron hasta ahora 147 personas con Covid-19, así que Norohna dijo: "Todos los infectados tuvieron algún tipo de actividad presencial. Imagínese lo que ocurrirá cuando millones de estudiantes vuelvan a las clases en el estado".

Semanas antes, los educadores de Río Janeiro habían anunciado una protesta similar.