La jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, dio por "muerto" el polémico proyecto de ley de extradición que provocó protestas ciudadanas que se extendieron durante casi un mes en esa región de región administrativa especial del sur de China.

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''La tensión, confrontaciones e ira de los hongkoneses provienen de la norma propuesta por el gobierno. Todavía persisten dudas (...) sobre el reinicio del proceso (...) por tanto reitero aquí que no hay plan al respecto. La ley está muerta'' anunció Lam en rueda de prensa respecto al proyecto de ley que permitiría a las autoridades de Hong Kong arrestar y transferir a personas buscadas en países o territorios con los que no tiene acuerdos formales de extradición, entre ellos China continental.

La jefa del Ejecutivo lamentó la agitación que vive el territorio y pidió a la ciudadanía un voto de confianza para sus autoridades y, con ese fin, propuso abrir una plataforma donde se expresen los distintos puntos de vista de manera pacífica y civilizada.

Anteriormente, debido a las manifestaciones que llegaron a tornarse violentas, el Ejecutivo hongkonés había postergado y luego suspendió los debates para la aprobación de la ley. Las protestas en Hong Kong han devenido en confrontaciones violentas al punto de vandalizar el edificio legislativo y culminar en detenciones.

Funcionarios, pobladores y políticos de Hong Kong han criticado el uso de la violencia en las manifestaciones por parte de separatistas y radicales y que los promotores de estos actos involucren a los jóvenes en las protestas. Lam anunció la creación de un comité de investigación independiente para fiscalizar la actuación de la policía.

Sin embargo, algunos sectores opositores al Gobierno consideraron que el anuncio no cumple con sus demandas y exigieron la retirada completa del plan, "Lo que queremos es retirar completamente el proyecto de ley. Está jugando con sus palabras", afirmó Chan Wai Lam William, oficial general de la Unión de Estudiantes de la Universidad China de Hong Kong.

Por su parte, el gobierno central de China rechazó siempre la confrontación y todo tipo de injerencia foránea por parte de cualquier país, organización o individuo en asuntos de esa zona, al puntualizar que son internos y solo competen a las autoridades domésticas.