Haití vive una grave crisis política y de seguridad debido a la muerte de al menos 2.439 personas y el secuestro de 951 en lo que va de año por la violencia de bandas armadas en ese territorio,  indicó un informe publicado por la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos.

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El documento, que se debatirá en el Consejo de DD.HH. de la organización global el próximo 10 de octubre, señaló que dichos grupos reciben armas normalmente por vía marítima desde Miami, en EE.UU.,  y, en menor medida, a través de la frontera con la República Dominicana.

En tanto, destacó cómo la brutalidad va en aumento. “Han llegado a mutilar y quemar personas en público, mostrando después esas horribles imágenes en las redes sociales”, asegura el texto.

Asimismo, denunció numerosas violaciones a mujeres y niñas secuestradas y cómo las pandillas “han evolucionado hasta ser grupos autónomos que controlan grandes extensiones de territorio”.

Por otra parte, a través de este informe, el alto comisionado de la ONU para DD.HH., Volker Türkel, pidió una misión multinacional de apoyo a la seguridad para ayudar a la Policía de Haití a enfrentar el crimen organizado, las pandillas armadas y el tráfico internacional de armas, drogas y personas.

El documento también indicó “la falta de confianza de la población en el Estado”, evidenciada a través del incremento de acciones de ciudadanos que intentan tomarse la justicia por su mano y perpetran ejecuciones sumarias de presuntos miembros de bandas armadas o sus cómplices. Este movimiento de autodefensa se conoce bajo el nombre de “Bwa Kalé”.

En Haití, el 90 por ciento de los habitantes vive por debajo del umbral de pobreza, casi la mitad de la población sufre malnutrición aguda y el número de personas que requieren ayuda humanitaria creció de 2.6 millones en 2019 a 4.9 millones (43 por ciento del total de habitantes) en 2022, según reflejó el reciente informe.