Chalecos amarillos junto a trabajadores del transporte, médicos, profesores y estudiantes marcharon este sábado por las calles de la capital francesa, París en rechazo a las reforma de pensiones que promueve el presidente Emmanuel Macron para arribar a la jornada 31 de protestas consecutivas.

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Durante las manifestaciones de esta jornada, la policía francesa disparó gases lacrimógenos en el centro de París.

El enfrentamiento se extendió por poco tiempo en el área de la Bastilla y en la estación de ferrocarril Gare de l'Est cuando los manifestantes contra las reformas de pensiones y los chalecos amarillos intentaron entrar en la estación.

"La gente tiene que pensar un poco sobre qué tipo de sociedad quieren en general y, en un nivel más personal, ya sea que tenga 20, 30, 40 o 50, algún día se jubilará", dijo el técnico industrial, Jean-Gabriel Maheo a Reuters.

"Si el sistema propuesto actualmente se aprueba en la forma en que se presenta, será una catástrofe social. Ya, las reformas anteriores están haciendo que la gente se retire con pensiones miserables", agregó Maheo, durante la manifestación.

Dicha reforma pretende extender a dos años el período de trabajo necesario para la asignación de una pensión completa. Con ellas muchos trabajadores tendrían que retirarse a los 64 años en vez de los 62 actuales.

A pesar de las manifestaciones de los sindicatos del transporte que arriba este sábado a su jornada número 31, Macron anunció en su discurso de Año Nuevo que seguirá adelante con la controvertida reforma.