El autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe) confirmó este lunes que su filial con sede en Afganistán estaba detrás del ataque suicida con bomba del domingo frente al aeropuerto militar en la capital del país, Kabul, que dejó al menos diez muertos y varios heridos.

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El atentado fue el tercer ataque de alto perfil en la ciudad en el último mes reivindicado por la rama regional del grupo terrorista, IS-Khorasan.

La explosión matutina en el primer día del año en la entrada del aeropuerto dejó al menos diez personas muertas y varias heridas, dijo en su momento un comunicado del Ministerio del Interior liderado por los talibanes poco después del ataque.

El grupo terrorista publicó en Telegram que el ataque del domingo mató a 20 personas e hirió a otras 30. Los funcionarios talibanes cuestionan esas cifras, y el Ministerio del Interior dijo que publicaría un número oficial de muertos cuando terminaran las labores de remoción de escombros.

IS-Khorasan afirmó el lunes que el atacante había participado y sobrevivido a la redada del mes pasado en un hotel del centro de Kabul donde se alojaban ciudadanos chinos, entre otros huéspedes.

IS-Khorasan también reivindicó un intento de asesinato el 2 de diciembre de Ubaid ur Rehman Nizamani, embajador de Pakistán en la capital afgana. Nizamani escapó ileso del tiroteo, pero su guardia de seguridad paquistaní resultó herido.

La semana pasada, un coche bomba en la provincia fronteriza nororiental de Badakhshan mató al jefe de la policía regional talibán y a sus dos guardias. IS-Khorasan asumió la responsabilidad de planear ese ataque en la capital provincial, Fayzabad.

Los repetidos ataques en Kabul y más allá contrastan con las afirmaciones de que las fuerzas de seguridad talibanes han degradado la presencia de IS-Khorasan en Afganistán.