Extienden estado de excepción en las cárceles de Ecuador
El Ejecutivo ecuatoriano habilitó a las fuerzas del orden para que puedan actuar rápidamente y puedan garantizar la seguridad de los presidiarios.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, firmó el martes la extensión del estado de excepción que rige en las cárceles del país por 30 días más.
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Lasso firmó el Decreto No. 878 que renueva la medida ante la "grave conmoción interna en todos los centros de privación de libertad".
‼️#URGENTE
— Ecuadorinmediato (@ecuainm_oficial) September 27, 2023
A través del Decreto Ejecutivo 878, el presidente @LassoGuillermo renovó por 30 días más el estado de excepción por grave conmoción interna en las cárceles del Ecuador. La medida estará vigente hasta el 20 de octubre de 2023. pic.twitter.com/fwyFydpACb
En ese sentido, el Ejecutivo ecuatoriano justifica la medida de estado de excepción siguiendo los mismos parámetros que motivaron el primer decreto, la seguridad y la vida de las personas privadas de libertad.
Es decir, vía decreto, las autoridades podrán actuar más rápido a la hora de restablecer el orden y el normal funcionamiento de las prisiones.
El Gobierno indicó que pretende controlar las circunstancias que han alterado el funcionamiento del sistema penitenciario como “amotinamientos suscitados que suelen implicar enfrentamientos violentos entre grupos de delincuencia organizada”, en los que hay graves lesiones, mutilaciones y asesinatos de reclusos.
La medida también habilita a las autoridades para realizar requisas dentro de los centros penitenciarios para evitar la tenencia ilegal de armas, explosivos y otros artículos con los que se pueda atentar contra la seguridad de los privados de libertad.
Asimismo, esta es la única prórroga que el Ejecutivo puede hacer al estado de excepción. Esto porque la Ley de Seguridad Pública y del Estado determina que tendrán una vigencia máxima de 60 días, pudiendo renovarse hasta por treinta días adicionales como máximo.
Ecuador vive una ola de inseguridad sin precedentes que afecta a las cárceles y las calles. Esto ya ha dejado, hasta finales de agosto, más de 3.500 muertes violentas en lo que va de este año.