Sánchez califica atentado a la democracia ataque a sedes del PSOE
El presidente del Gobierno español en funciones y miembro el PSOE calificó los hechos de “ataques a la democracia y a todos los que creen en ella”.
Cientos de personas se manifestaron, la noche de este lunes, cerca de las oficinas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) contra la negociación con el Partido Juntos por Cataluña (JxCat) para cerrar un acuerdo sobre la amnistía para los involucrados en el proceso independentista, que permita, a su vez, el voto a favor de los catalanes en la investidura de Pedro Sánchez.
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Este ultimo, presidente del Gobierno español en funciones y miembro el PSOE, calificó los hechos de “ataques a la democracia y a todos los que creen en ella”.
Asimismo, recordó que tras más de 140 años de historia del partido "nunca nadie será capaz de amedrentar al PSOE". "Seguiremos adelante".
Todo mi cariño y mi apoyo a la militancia socialista que está sufriendo el acoso de los reaccionarios a las casas del pueblo.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) November 6, 2023
Atacar las sedes del PSOE es atacar a la democracia y a todos los que creen en ella. Pero más de 140 años de historia nos recuerdan que nunca nadie será…
Sánchez, tras observar lo ocurrido, donde se han lanzado gases lacrimógenos y pelotas de goma para frenar el asalto a la sede socialista, no ha dudado en pronunciarse respecto a lo ocurrido: “Todo mi cariño y mi apoyo a la militancia socialista que está sufriendo el acoso de los reaccionarios a las casas del pueblo
Por su parte, el opositor Partido Popular (PP) niega haber convocado la concentración contra la amnistía y ve "normal" que haya una reacción ciudadana a lo que está ocurriendo.
“El PP no va a condenar una concentración a la puerta de la sede de ningún partido”, afirmó portavoz parlamentaria de los populares, Cuca Gamarra, si bien condenó las "actitudes vandálicas".
Según detallan fuentes policiales, hubo tres detenidos, dos por agredir a agentes de la Policía y una tercera, una mujer, por desobediencia. Los agentes usaron botes de humo (fumigenos inocuos) y, en las ultimas cargas, también gas lacrimógeno.