Durante la gala de entrega de los premios Goya de cine, realizada este sábado en la ciudad española de Valladolid, se exigió el fin del genocidio israelí contra los palestinos en la Franja de Gaza.

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Antes de entregar el premio a mejor canción original, la actriz Alba Flores expresó: "Buenas noches y paz para Palestina, por favor". En el auditorio se encontraba el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

Calificó los momentos actuales como oscuros "porque han muerto 30.000 personas ya asesinadas en Gaza. Cuesta a veces venir a celebrar algo. Cuesta mucho", dijo. Manifestó que, pese a ello, era importante utilizar el espacio como altavoz y recordatorio de esa tragedia, para que las autoridades españolas recapaciten y actúen. 

Los medios que cubrieron el evento habían advertido, previamente, que en su traje negro, sobre el pecho, Flores mostraba una pegatina con forma de sandía y los colores de la bandera palestina, en la cual podía leerse: "Stop al comercio de armas. Alto el fuego ya".

Sus palabras durante la gala recibieron aplausos de los asistentes y una significativa acogida a través de las redes sociales.

La denuncia a la situación crítica a la que hacen frente millones de palestinos luego de 127 jornadas de asedio sionista y crímenes de guerra también tuvo otros momentos, cuando la cantante Ana Belén, entre otros exponentes, posó frente a las cámaras con la misma pegatina.

La causa palestina no fue la única que llegó a visibilizarse durante la gala. Alrededor de 400 agricultores y ganaderos, que protagonizaron este sábado su quinta jornada de protestas, se congregaron a las puertas de la Feria de Muestras, donde tuvo lugar la entrega de los Goya, y patentizaron allí sus reivindicaciones.

Ratificaron que han tomado las calles dada la negativa del Gobierno de escuchar sus reclamos, que se sintetizan en oposición a las políticas verdes que les impone la Unión Europea, defensa de unos acuerdos comerciales más justos y ayudas para afrontar crisis como la de la sequía. 

Otras participantes en la gala rechazaron la violencia sexual, en alusión al beso no consentido que el exfederativo del fútbol, Luis Rubiales, dio a la jugadora Jenni Hermoso durante la última fecha del Mundial femenino, a fines de agosto de 2023.