El director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Serguei Narishkin, aseguró este martes que Kiev y Occidente además de querer prohibir, también pretenden “destruir físicamente la ortodoxia canónica en Ucrania”.

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Narishkin recordó que el museo estatal ucraniano, que ocupa una parte de los edificios del Monasterio de las Cuevas en Kiev, exigió que los monjes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica, supeditada al Patriarcado de Moscú, desalojaran sus inmuebles antes del 29 de marzo último.

Asimismo, se conoció que un grupo de trabajo que asesora al Gobierno de Ucrania en relación con asociaciones religiosas concluyó que el monasterio infringió ciertas cláusulas del contrato acerca del uso de la propiedad estatal; pero los detalles, al respecto, no se revelan.

El Metropolitano de Kiev, por su parte, aseveró que los monjes se mantendrán en su morada hasta el final y que la ruptura del contrato de arrendamiento de los edificios solo se puede realizar mediante una decisión judicial.

También en los últimos días el Monasterio de las Cuevas y otros templos del país regidos por la Iglesia Ortodoxa Ucraniana han vivido escenas de tensión entre los fieles a esa denominación y otros ciudadanos debido a la operación militar especial de Rusia.

En el Monasterio de las Cuevas residen más de 200 monjes y novicios, cientos de futuros sacerdotes, así como estudiantes de la Academia Teológica de Kiev y del seminario.

La institución también incluye el centro de control de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica y la residencia de su primado, así como el Metropolitano de Kiev y toda Ucrania Onufri.

El Sínodo (junta del clero) de esa congregación había publicado el 20 de marzo último un llamado al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en el que pidió hacer lo posible para que los monjes continuaran en el Monasterio de las Cuevas.