La Oficina Meteorológica Islandesa (OMI) declaró el domingo que la erupción, iniciada en la noche del pasado sábado tras presentarse una nueva fisura, se mantiene en evolución, aunque está perdiendo intensidad.

LEA TAMBIÉN:

Erupción de magma obliga a evacuar la localidad de Grindavik, Islandia

Las autoridades informaron que: “ahora hay tres aperturas activas en la fisura eruptiva”, añadiendo que “la actividad sísmica también disminuyó significativamente durante la noche. Este desarrollo es muy similar a las tres erupciones anteriores (…)”, precisó, pues la de este fin de semana es la cuarta erupción desde diciembre de 2023.

A partir del estallido volcánico, acaecido alrededor de las 20H32 hora local, la policía islandesa declaró el estado de emergencia cuando se activó una nueva fisura volcánica en la península de Reykjanes. La OMI divulgó imágenes del flujo brillante de magma y la humareda del volcán. Se instalaron diques al sur para resguardar al poblado pesquero de Grindavik.

El magma fluyó también al oeste, como el 8 de febrero, y el tamaño de la fisura se calculó en 2.9 kilómetros. Por eso, la agencia advirtió el viernes que había una acumulación de magma en el suelo “que podría conducir a una nueva irrupción de magma y posiblemente una erupción”, que podría producirse “con muy poco aviso”.

Medios locales reportaron que el afamado spa geotérmico Blue Lagoon fue evacuado, al igual que los cerca de 4.000 habitantes del poblado de Grindavik que fueron sacados de sus casas por la erupción del 11 de noviembre y solo pudieron volver a sus casas el 19 de febrero para volver a salir ahora.

Las erupciones en la península de Reykjanes hicieron temer por la planta energética de Svartsengi, que suministra electricidad y agua a cerca de 30.000 personas de la zona. La planta fue evacuada y ha sido operada de forma remota desde las primeras erupciones. Islandia tiene unos 33 sistemas volcánicos activos, el mayor número del continente europeo.