El Gobierno de Nicaragua reiteró a la Conferencia Episcopal su plena disposición de diálogo para abrir un camino de paz en el país centroamericano, donde persisten hechos vandálicos y se han registrado varios muertos.

El presidente Daniel Ortega envió una carta al cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes para expresarle su aceptación de las cuatro condiciones esbozadas por la Iglesia. La encargada de informar la noticia el viernes fue la vicepresidenta Rosario Murillo. 

"Acogemos, en ese espíritu expresado por su eminencia y sus excelencias, las proposiciones (...)", afirmó Ortega, quien añadió: "Estamos de acuerdo en trabajar cada uno de los puntos allí planteados, tomando en cuenta que en todos se recoge su buena voluntad como mediadores y testigos".

Desde hace semanas se espera la instalación de una mesa de diálogo en Nicaragua bajo la mediación de la Conferencia Episcopal, que entre sus cuatro pedidos solicitó permitir el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) “para investigar y aclarar las muertes”; cuyo número no se ha determinado.

“Como pastores de la Iglesia Católica cuya misión fundamental es anunciar el evangelio de la paz, creemos firmemente en el camino del diálogo como medio eficaz que abre a la razón a ampliar sus perspectivas y ayuda a encontrar con sinceridad la solución de los conflictos”, apostilló Brenes en su respectiva misiva.

"Coincidimos con su alta autoridad religiosa en la necesidad del cese de la violencia, intimidación y agresión a los ciudadanos, y agregamos nuestra gran preocupación sobre ambientes de temor creados en comunidades, donde más allá de las protestas pacíficas, que respetamos absolutamente, se multiplican hechos de violencia, que asolan y afectan la calidad de vida de nicaragüenses de todas las edades, que claman a Dios por el retorno a la normalidad", continuó Ortega.

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