Tres policías y un paramilitar fue el saldo mortal del ataque con carro bomba perpetrado contra el convoy que trasladaba al exgobernador Ikedi Ohami en el estado de Imo, en el sudeste de Nigeria.

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El Comisionado de Policía, Mohammed Barde, declaró que Ohakim fue emboscado, pero pudo maniobrar y escapar, aunque cuatro miembros de su personal de seguridad fueron alcanzados por la metralla en diferentes carros.

“El ataque fue un desafortunado retroceso en los esfuerzos del gobierno para restablecer la paz en los inestables estados del sudeste del país”, afirmó.

Esta zona de Nigeria ha experimentado recientemente un aumento de la violencia, a menudo atribuida a los grupos separatistas que luchan por independizarse de la nación del África Occidental.

Expertos apuntan que los secesionistas se hacen llamar Pueblo Autóctono de Biafra y se han vuelto cada vez más violentos, en medio de los constantes reclamos para celebrar referéndums.

Los recientes ataques, están dirigidos a personalidades prominentes del gobierno nigeriano y miembros de las fuerzas de seguridad en el territorio. Asimismo, estos hechos han elevado la inseguridad de los habitantes de cara a las venideras elecciones presidenciales en febrero.

Según las autoridades, se ha iniciado un operativo de búsqueda y captura contra los autores del atentado que se suma al que sufrió una estación de policía el día anterior.

En septiembre pasado un legislador fue víctima de una emboscada en el Estado de Anambra, en el sureste del país, en la que también perdieron la vida cuatro uniformados.

Tras el incidente, el mandatario nigeriano Muhammadu Buhari se mostró “profundamente preocupado” por la inestabilidad en la región.