Varios son los países que comienzan a relajar las restricciones ante la pandemia por la Covid-19, ello permitirá que los centros laborales reabren sus puertas, por lo que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que la seguridad debe tener la máxima prioridad.

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El lugar de trabajo ya no será el mismo y la OIT que la seguridad y salud en el trabajo debe considerarse como “una inversión fundamental para proteger a los trabajadores y a sus familias y para asegurar la continuidad de las empresas”.

Por ello, la organización colocó a disposición de los países de América Latina y el Caribe una guía de pasos, con orientaciones, para formular y aplicar protocolos de seguridad y salud, “que permitan un retorno al trabajo seguro y saludable y que actúen como una barrera frente a posibles nuevos brotes de contagio”.

Equipo para el retorno al trabajo

La OIT sugiere la creación de un comité mixto de seguridad y salud en el trabajo, integrado por el equipo con la más amplia representación de distintas categorías y disciplinas del personal del sector o de la empresa, así como con un enfoque de género.

A los integrantes se les debe capacitar sobre medidas preventivas y de control, así como la elaboración de un plan de trabajo con aquellos pasos a seguir para organizar el retorno seguro y saludable al trabajo.

Se debe comunicar de forma efectiva a todas las personas trabajadoras de la empresa acerca del equipo y su labor; así como promover una evaluación del riesgo como paso previo a la adopción de las medidas preventivas y de control.

¿Quién regresa al trabajo y cómo?

Antes de reanudar la actividad, la OIT recomienda implementar las medidas de prevención y control recomendadas, según los resultados de la evaluación de riesgos.

Todos los trabajadores deben acceder a la información necesaria sobre el proceso y las acciones adoptadas previamente del retorno al medio laboral.

Adicionalmente, es importante establecer políticas y procedimientos sobre el número de personas trabajadoras y visitantes en el lugar de trabajo, y en lo posible, se planificará la reapertura en fases desde un nivel mínimo de operaciones a uno normal.

Deben adoptar “horarios de trabajo escalonados, días alternos de trabajo y mecanismos de rotación de trabajo para evitar aglomeración de personas”.

Igualmente, se tratará de evitar que las personas trabajadoras que pertenecen a grupos de mayor riesgo, como mayores de 60 años; con condiciones de salud preexistentes y trabajadoras embarazadas o en período de lactancia, participen en las primeras fases de reapertura.

De no ser posible, se deberían implementar medidas específicas para estas personas trabajadoras, como la asignación a teletrabajo, tareas con menor riesgo, o mecanismos de seguridad social “previstos en la legislación nacional”.

Medidas organizacionales

Ante el regreso a los lugares laborales es imprescindible evitar la interacción y el distanciamiento físicos, para ello, se facilitará temporalmente espacios adicionales en el lugar de trabajo.

Se organizará el acceso al centro para no superar el aforo máximo y garantizar la separación mínima recomendada; se evitará la circulación simultánea en doble sentido sin la separación mínima recomendada de dos metros.

Se ventilará a diario el lugar de trabajo, preferiblemente con ventilación natural abriendo las ventanas. En caso de ventilación mecánica, se mantendrá recirculación con aire exterior y se evitará el uso de ventiladores individuales.

En los desplazamientos al trabajo, se promoverá el uso de transporte propio, y en caso de uso de transporte colectivo, se deberá “organizar, con carácter temporal, en la medida de lo posible, fórmulas de movilidad propias de la empresa en las que se deberá asegurar una separación mínima recomendada entre las personas de 2 metros”.

Higiene, protección personal y salud

A los trabajadores deberán facilitárseles las condiciones y medios necesarios para el lavado frecuente de manos con agua y jabón, o con un gel desinfectante con un mínimo del 60 por ciento de alcohol. Asimismo, evitar el empleo de “anillos, relojes o pulseras que limiten la efectividad de las medidas de higiene de manos”.

En cuanto a los equipos de protección personal (EPP) se identificará el apropiado de acuerdo con las tareas y los riesgos para la salud y la seguridad que enfrentan los trabajadores; también deben dar instrucciones, procedimientos, capacitación y supervisión “para garantizar un trabajo seguro y responsable”.

¿Qué pueden hacer los gobiernos, los empleadores y los trabajadores para ayudar a hacer frente a la #COVID19? Pueden aunar esfuerzos. El diálogo social es primordial.#NoContagiemosAlEmpleo ▶ https://t.co/z11oKuJ2fV pic.twitter.com/0qPnVhPTyS

— OIT (@OITnoticias) May 28, 2020

De igual forma, un monitoreo del estado de salud de los trabajadores y desarrollar protocolos de actuación para los casos de sospecha de un posible contagio o de confirmación de un caso.

Adicionalmente, se prestará atención a los factores de riesgo psicosocial, especialmente, de aquellos trabajadores que laboren en espacios confinados y que realizan tareas peligrosas.