La Agencia de Vuelos Espaciales Tripulados de China (Cmsa, por sus siglas en inglés), puso en órbita este martes un nuevo cohete Gran Marcha 5B no tripulado, que transportaba una cápsula de prueba que, en el futuro, se empleará para el transporte de carga.

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La misión, lanzada este martes desde el Centro de Lanzamiento Espacial de Wenchang, ubicado en la costa de la sureña provincia insular de Hainan, inicia el tercer paso del programa espacial tripulado de China, que incluye la construcción y ocupación de una estación espacial.

De hecho, este lanzamiento experimental es la antesala para comenzar el ensamblaje de la estación espacial china, ya que el objetivo de los cohetes Gran Marcha 5B es el transporte del personal, módulos, equipamiento y demás efectos de esa instalación.

El nuevo cohete se diseñó a partir del anterior Gran Marcha-5; tiene una longitud total de 53,7 metros; una etapa central de cinco metros de grosor y cuatro propulsores de 3,35 metros de diámetro, así como un carenado de 20,5 metros de largo y 5,2 metros de diámetro.

Utiliza propulsores amigables con el medio ambiente, incluidos oxígeno líquido, hidrógeno líquido y queroseno. Cuenta con una masa de despegue de 849 toneladas y puede transportar más de 22 toneladas de carga a una órbita terrestre baja, según datos suministrados por la Academia de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China.

La nueva nave espacial posee como ventaja adicional, la posibilidad de reutilización a partir de su mayor resistencia a las altas temperaturas de fricción, lo que abre una nueva era en la tecnología aeroespacial china, refirieron las autoridades del ramo en el país asiático.