El Cuerpo de Carabineros de Chile se prepara con nuevos recursos represivos cuando se acerca el primer aniversario del estallido social ocurrido en octubre de 2019 en ese país.

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Según reportaron medios locales, el Gobierno y las fuerzas del orden trabajan en un plan de contingencia ante la posibilidad de que se produzcan manifestaciones en el país. Entre los sitios que serían más propensos a acciones del pueblo se encuentra la emblemática Plaza Baquedano, rebautizada por los manifestantes como Plaza de la Dignidad.

El sitio se convirtió en centro neurálgico de las protestas que se prolongaron durante meses desde el 18 de octubre de 2019 y solo se contuvieron tras el brote de la Covid-19.

De acuerdo con algunos exponentes de la prensa chilena, en aras de reprimir las potenciales protestas los Carabineros cuentan con nuevos carros equipados para lanzar agua y gases, denominados "guanacos" y "zorrillos" por los participantes en las protestas.

Asimismo, los uniformados reciben escudos más grandes, con dimensiones de 1,80 metros. Además cuentan con nuevas escopetas antidisturbios, que entre "sus ventajas" reportan mayor capacidad de fuego. Estas últimas, informan medios locales, servirían únicamente para fines defensivos.

Al respecto, el jefe de Orden y Seguridad Nacional, general Ricardo Yañez, confirmó que “con apoyo del Gobierno y del Ministerio del Interior, hemos podido incorporar y renovar medios logísticos”. Agregó que se trabaja en la formación continua de personal, con capacitaciones y reentrenamientos en el ámbito de los Derechos Humanos.

Sin embargo, a las fuerzas represoras se les imputa la violación reiterada de los Derechos Humanos mediante una acción represiva desproporcionada que ha incluido afectaciones oculares a muchos manifestantes.