Al menos unos 35 civiles murieron y otros 37 resultaron heridos tras una explosión que sacudió Burkina Faso este lunes en horas de la tarde, atribuida por las autoridades locales a un artefacto explosivo.

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El artefacto explosivo casero estalló en un camión que transportaba suministros, en lo que sería el más reciente de la última serie de ataques terroristas que ha sacudido a la nación centroafricana.

En los últimos meses, antes y después del golpe de Estado se ha incrementado la actividad violenta, en medio de insurgencia y brotes violentos, especialmente en el norte.

El gobernador de la región del Sahel donde ocurrió la explosión, dio a conocer en un comunicado que el camión pasaba por la carretera entre las ciudades de Djibo y Bourzanga en la que también transportaba civiles cuando se topó con el artefacto explosivo.

De acuerdo al comunicado, estos camiones de transporte circulan habitualmente junto a una caravana militar y transportan alimentos y suministros hacia el norte del país sitiado por grupos terroristas armados.

Este ataque se produce después de que dos explosiones simultáneas se cobraran la vida de 15 militares a principios del mes de agosto, y también después de que grupos armados bombardearan lugares en las principales carreteras en las últimas semanas que conducen a las ciudades norteñas de Djibo y Dori en un intento de aislarlas.

Burkina Faso ha sido azotado por ataques terroristas desde 2015 por parte de grupos como ISIS y Al-Qaeda después de un golpe militar, que resultó en miles de muertos y casi 2 millones de civiles que huyeron de sus hogares. De acuerdo a datos oficiales, más del 40 por ciento del territorio del país no está controlado por el Estado.