Como resultado de una operación policial este miércoles, siete personas murieron y dos fueron detenidas en el estado de Sergipe, en la región nordeste de Brasil.

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De acuerdo con las autoridades, el objetivo era desarticular una red criminal acusada de homicidios, tráfico de drogas y robos. Los sospechosos "estaban armados y eran violentos" por lo que fue necesario el uso de casi un centenar de agentes. Como parte del operativo también se ejecutaron 23 órdenes de allanamiento.

Se presume que esta red criminal opera en los municipios Cristinápolis y Tomar do Geru (sur de Sergipe) y que está liderada por Michel Silva Pena, actualmente encarcelado por la muerte de un policía militar en 2015. El operativo fue ejecutado luego de que una fuente anónima diera el dato acerca de Silva.

Esa región del país, particularmente en tiempos recientes, ha sufrido el incremento de la violencia a causa de disputas por el control de puntos de venta de estupefacientes. Dicho mal golpea a las comunidades pobres.

En no pocas ocasiones la policía brasileña ha sido criticada por hacer uso desmedido de la fuerza y tener como objetivo principal a la población negra. Las organizaciones de derechos humanos han demandado una y otra vez una solución definitiva, aunque esa inquietud aún permanece sin respuesta.

La Secretaría de Seguridad estatal de Sergipe reveló que el año pasado 175 personas murieron durante intervenciones policiales; esto en el estado más pequeño de Brasil, donde la población estimada es de 2.2 millones de personas.