Movimientos sociales y sindicatos en Brasil prevén este martes 13 de agosto realizar huelga general en contra de la reforma jubilatoria, impulsada por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro y cuya aprobación avanza en el Congreso.

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Los movimientos advierten que la iniciativa de cambio del sistema de previsión social representa un retroceso a las conquistas de la clase trabajadora en materia laboral.

La Cámara de Diputados aprobó por mayoría la propuesta de Bolsonaro el pasado 7 de agosto y la trasladó al Senado, donde espera turno para su discusión y eventual aprobación.

 

Reforma fija edad mínima para jubilarse

Este martes se desarrolla en el país suramericano una gran manifestación. La Unión Nacional de Estudiantes (UNE) convocó una jornada de actos para luchar por la educación pública y rechazar el proyecto Future-se.

Paralelamente trabajadores y movimientos sociales se sumarán a esta jornada para repudiar la reforma de pensiones que impulsa el presidente Jair Bolsonaro.

Los trabajadores brasileños rechazan la iniciativa impulsada por Bolsonaro desde que era candidato presidencial el año pasado, porque, entre otros puntos, plantea que la edad mínima para jubilarse y tener acceso a la pensión sea de 62 años paras las mujeres y de 65 años para los hombres. Hasta ahora ninguna edad mínima es requisito en Brasil.

Fim de direitos é razão para os trabalhadores estarem nas ruas#AmanhaÉRua #ContraAReformaDaPrevidência#PelaEducaçãohttps://t.co/DeG4M5eZbi

— CUT Brasil (@CUT_Brasil) August 12, 2019

Además, las mujeres indígenas también se unirán a las movilizaciones de este martes para expresar su contrariedad a las políticas de Bolsonaro en relación con los pueblos originarios y sus tierras.

La jornada de las mujeres de los pueblos originarios será en Brasilia, bajo el lema “Margaritas en la lucha por un Brasil con soberanía popular, democracia, justicia, igualdad y libre de violencia”.

 

La CUT denuncia campaña de mentiras

La poderosa Central Única de Trabajadores (CUT) de Brasil denunció que Bolsonaro impulsó su iniciativa con una “campaña de mentiras” para obtener el apoyo necesario.

En esa campaña, “llena de noticias falsas, así como de métodos publicitarios mentirosos y astutos”, el Gobierno de Bolsonaro le dijo a la gente que la reforma del Instituto Nacional del Seguro Social (INSS) “corregirá las distorsiones y combatirá los privilegios”, según un artículo publicado en el sitio de la CUT y firmado por Rosely Rocha.

“Una gran mentira (...) las nuevas normas, de hecho, dificultan el acceso de jubilados y reduce la cantidad de beneficios que pagará el INSS”, sostuvo el análisis.

“La propuesta establece una edad mínima de jubilación de 65 años para hombres y 62 para mujeres y una regla de transición de solo 12 años, que perjudica a los trabajadores, especialmente a los que ganan menos, tienen menor esperanza de vida, ingresen al mercado laboral antes y en ocupaciones que requieren más esfuerzo físico”, continuó.

 

La dignidad en la vejez, una excepción

El secretario de Comunicación de la CUT, Roni Barbosa, sostuvo por su parte que la reforma en realidad perjudica a los pobres y no termina con privilegios. Solo servirá para aumentar la miseria.

“La dignidad en la vejez será una excepción. Brasil tendrá pocos jubilados en el futuro si se aprueba esta reforma”, subrayó Barbosa.