La grave sequía que azota la Amazonía brasileña, con niveles extremadamente bajos en los ríos, combinada con temperaturas sin precedentes, contrasta con las intensas lluvias reportadas en la región de Río Grande do Sul, publicaron este jueves medios nacionales.

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De acuerdo con fuentes internacionales, esta jornada se observó la presencia de miles de peces fallecidos flotando en las lagunas de la Reserva Ambiental de Desarrollo Sostenible del Lago do Piranha, ubicada en Manacapuru, una localidad situada a lo largo del río Amazonas.

La disminución drástica de los niveles de los ríos y las temperaturas extremadamente altas han sido las causas de la mortalidad de estos peces, debido a que estas condiciones han aumentado la acidez del agua.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el gobernador del estado de Amazonas, Wilson Lima, abordaron durante una reunión celebrada el martes pasado la preocupante sequía en la Amazonía, una de las más graves en los últimos años.

Por su parte, al menos 50 personas han perdido la vida como consecuencia de las intensas lluvias en el Valle de Taquari, en Río Grande do Sul, luego de que este miércoles fuera decretado estado de calamidad pública en la región.

Las precipitaciones que afectaron a la Región Metropolitana de Porto Alegre y dieron lugar a la histórica inundación del lago Guaíba, el cual sobrepasó 17 centímetros de su límite, han ocasionado numerosos perjuicios a la población.

Según medios especializados, la crisis medioambiental, los efectos de El Niño, la deforestación del pulmón vegetal del mundo y la multiplicación de los incendios forestales han contribuido al aumento de la temperatura en la región, lo que ha contribuido al desequilibrio climático.