El Ministerio de Salud de Brasil habría distribuido al menos 265.000 tabletas de cloroquina, azitromicina e ivermectina a indígenas de cinco estados del país sudamericano con el propósito de tratar la infección de la Covid-19, a pesar de no ser efectivos para tratar la enfermedad, trascendió este lunes en el Senado federal.

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De acuerdo a declaraciones en la comisión que investiga la gestión de la pandemia por el gobierno de Bolsonaro, parte de estos medicamentos fue comprada directamente por los DSEI (Distritos Sanitarios Especiales Indígenas), vinculados al Ministerio de Salud.

Un informe técnico de Sesai (Secretaría Especial de Salud Indígena), de junio de 2020, indicó a DSEI a “instruir sus respectivos procesos para la compra” de cloroquina e hidroxicloroquina, en los municipios y estados para suministrar los medicamentos.

El envío masivo de medicamentos ineficaces a los indígenas se ha convertido en el foco de la Comisión Parlamentaria de Investigación de Covid en el Senado federal. Documentos y registros del propio Ministerio contradicen la versión ofrecida por directivos de esa cartera de que la compra y distribución de medicamentos estaba destinada otras enfermedades y no a Covid-19, como intentaron defender.

Las notas de compromiso relacionadas con la compra de azitromicina por DSEI Alto Purús, en Acre, y Cuiabá registran que la compra del medicamento tenía como objetivo "atender la emergencia de salud pública derivada de la Covid-19" o "Medidas de control de infecciones humanas un nuevo coronavirus (Covid-19)".

Para el tratamiento de los indígenas de Acre se adquirieron 20.000 comprimidos de azitromicina con una dosis de 500 mg. Es la misma especificación recomendada en una nota técnica del Ministerio de Salud, actualizada en mayo, que apoya la combinación de fármacos, hasta ahora ineficaces contra la Covid-19: cloroquina, hidroxicloroquina, azitromicina y tamiflu.

El exministro de Salud, Eduardo Pazuello, que durante su gestión liberó el uso de la cloroquina para pacientes con síntomas leves de Covid-19, negó durante su comparecencia haber distribuido estos fármacos a los DSEI. 

Desde que comenzó la pandemia hace más de un año, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha sido un ferviente defensor del uso de estos fármacos. Dos de los cuatro ministros que han estado al cargo de la cartera de Salud durante esta crisis dejaron su puesto por discrepancias con el mandatario por la cloroquina. 

El exministro de Salud Henrique Mandetta y el director de el director de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), Antonio Barra Torres, confirmaron a la comisión que el Gobierno se planteó cambiar el prospecto de la cloroquina para usar el fármaco contra la Covid-19.