El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, confirmó que al menos 29 personas murieron hasta el momento debido al brote de cólera declarado a mediados de mayo en la ciudad de Hammanskraal, a unos cincuenta kilómetros al norte de Pretoria (una de las tres capitales sudafricanas).

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Al visitar la central de abastecimiento de agua de la zona afectada, Ramaphosa aseguró que "si se hubieran ejecutado los procedimientos de gobernanza adecuados (...), buena cooperación entre los gobiernos local, provincial y nacional, la situación del agua" se habría resuelto.

El jefe de Estado también atribuyó el brote de cólera a problemas financieros, técnicos y de falta de personal especializado, al destacar que "centrales hidráulicas de este tamaño y complejidad que recogen agua de varias fuentes necesitan expertos".

Asimismo, el mandatario sudafricano precisó que el Gobierno ha elaborado un plan para modernizar y ampliar las instalaciones hidráulicas de la zona, lo que requerirá tres años y costará unos 4.000 millones de rands sudafricanos (unos 212 millones de dólares).

Las autoridades de Sudáfrica informaron, a finales de mayo, que la municipalidad de Tshwane, que incluye a Pretoria y Hammanskraal, estaba proporcionando tanques de agua a los residentes y que desaconsejaban consumir el líquido procedente de la central de abastecimiento de la zona.

El cólera resulta una enfermedad diarreica aguda provocada por la ingestión de alimentos o agua contaminados con el bacilo "vibrio cholerae"; puede ser letal en cuestión de horas si no se trata. La mayoría de los casos sintomáticos son leves o moderados; solo una minoría deriva en deshidratación grave.