A dos días de realizarse las elecciones el domingo 22 de octubre, Argentina entró este viernes en veda electoral para elegir al presidente de la nación y los cargos legislativos y provinciales.

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En esta situación, están prohibidos los actos de campaña desde las 08H00 (hora local) (11:00 GMT) de este viernes y hasta las 21H00 (hora local)  (00:00 GMT) del domingo, al igual la publicidad de partidos o la disposición de papeletas electorales, en un radio de 80 metros en torno a los centros de votación.

El país “es muy grande y tiene, por suerte y para alegría de todos los argentinos, lugares muy bellos y muy escondidos y de difícil acceso, y hay que llegar a todos ellos”, subrayó la directora de Servicios Electorales del Correo Argentino, Mariana Aballay.

Argentina elegirá 130 diputados, 24 senadores nacionales, además de 19 parlamentarios del Mercosur por distrito nacional y 24 por distrito regional, así como el presidente y vicepresidente de la Nación.

De igual manera, se realizarán elecciones generales para los cargos de las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Entre Ríos y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los cuales decidieron no desdoblar sus comicios de los nacionales, como sí el resto de distritos.

Los centros electorales permanecerán abiertos entre las 08H00 horas (11:00 GMT) y 18H00 horas (21:00 GMT). Unos 35,4 millones de argentinos están llamados a votar este domingo por los candidatos presidenciales Sergio Massa, quien representa a Unión por la Patria; Javier Milei, de La Libertad Avanza y la aspirante de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich; Juan Schiaretti Hacemos por Nuestro País y Myriam Bregman.

Aunque el candidato a la presidencia Javier Milei era la única propuesta de su partido, obtuvo el 30 por ciento de los votos, un porcentaje muy superior a lo que estimaban las encuestas previas a las PASO.

Aunque se convirtió en el precandidato individual más votado y la fuerza política más votada, la propuesta de la ultraderecha que defiende se encargará en caso de llegar al poder y de acuerdo a su programa, de un “fuerte recorte del gasto público”, “baja de los impuestos” y “flexibilización laboral”.

De igual manera, Javier Milei acompañaría a una reforma financiera con una “banca libre y desregulada junto a la libre competencia de divisas”, al tiempo que defiende la privatización del sistema público de jubilaciones, de los sistemas de salud y educación y de las “empresas públicas deficitarias”.