El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por su sigla en inglés) alzó su voz este miércoles contra los ataques terroristas en Siria que recientemente provocaron en la zona rural de A'dra y en Homs, la muerte de decenas de personas, siendo la mayoría niños.

"Cada día, en toda Siria, los niños que simplemente intentan seguir con su vida cotidiana son asesinados y resultan heridos por los ataques indiscriminados contra áreas pobladas", lamentó María Calivis, directora regional de Unicef para Oriente Medio y el Norte de África.

Las declaraciones fueron ofrecidas luego que este martes varios infantes perdieran la vida producto de un ataque con mortero perpetrados por los grupos armados en un instituto de Al Shaghour -cerca de Damasco-, en la zona rural de A'dra y en Homs. El número de muertos se eleva, según las estimaciones, a más de 100 y el de heridos roza casi los 200. La mayor parte de ellos eran niños.

En este contexto, Calivis reconoció que el número de este tipo de atentados va en aumento, pese a todos los llamamientos de la comunidad mundial por que cese el derramamiento de sangre de civiles y se eviten tales flagrantes violaciones de las leyes internacionales, razón por la cual instó a poner fin a los ataques contra los ciudadanos y a respetar la protección especial de los niños, de conformidad con el derecho internacional.

Más temprano el secretario general del Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon lamentó a través de un comunicado, que en las últimas horas personas inocentes hayan perdido la vida en Homs y Damasco.

“Pido al Gobierno y los grupos opositores abstenerse de realizar acciones que puedan afectar cualquier esfuerzo de paz en esa nación”, dijo la máxima autoridad de la ONU.

El pasado domingo otras 20 personas perdieron la vida y unas 50 resultaron heridas tras ser víctima de un ataque con mortero perpetrado por los mercenarios en los barrios de Alepo y la metrópolis al norte de Siria.

Las bandas terroristas activas en el país árabe han intensificado sus ataques contra la nación siria ante las operaciones exitosas del Ejército de ese país en el campo de batalla, principalmente contra las zonas residenciales -una medida fuertemente repudiada tanto por el pueblo sirio como toda la comunidad internacional-, a fin de lograr su objetivo de derrocar el Gobierno legítimo del presidente sirio, Bashar al-Asad.