El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió sobre las condiciones de vida en la que se encuentran más de 60.000 niños rohingyas en los refugios ubicados en la región central de Rakhine, Myanmar, luego de que sus viviendas fueran destruidas por grupos extremistas, en medio del conflicto que afecta al país desde 2012.

Actualmente la situación es crítica, miles de niños se ven afectados por malnutrición y situaciones de violencia por ser la minoría étnica del conflicto ético-religioso, obligados abandonar sus aldeas y vivir en refugios de Bangladesh, explicó la portavoz de Unicef, Marixie Mercado.

The situation for Rohingya children in Rakhine State, Myanmar, is deeply troubling.

We still lack access. Lives are at risk. https://t.co/ukb30A6XGE #ChildrenUnderAttack pic.twitter.com/EwiGGywcKy

— UNICEF (@UNICEF) 9 de enero de 2018

Asimismo, Mercado denunció que los grupos extremistas no le permiten el acceso a activistas de distintas organizaciones humanitarias a la zona, para evaluar y atender la crisis.

Por lo que Unicef, el Programa Mundial de Alimentos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hicieron un llamado a las autoridades asiáticas para permitir el acceso de sus colaboradores.

"Unicef y sus socios aún no saben cuál es la verdadera situación de los niños que se quedaron en el norte de Rakhine, porque no tenemos acceso”, agregó el portavoz.

A deadly disease is threatening Rohingya refugee children in Bangladesh. We're determined to stamp it out. pic.twitter.com/v9IlJeTB5y

— UNICEF (@UNICEF) 10 de enero de 2018

"Lo primero que notas al llegar a los campamentos es un hedor que revuelve el estómago. Los refugios se encuentran sobre basura y excremento y los niños caminan descalzos. Cuatro pequeños de entre 3 a 10 años murieron en los primeros días de diciembre", insistió Mercado.

Anteriormente, Unicef ayudaba más de 4.800 niños que se encontraban en estado de riesgo por desnutrición y la ola de violencia registrada en su aldeas, así como por las condiciones insalubres de los refugios, labor que se ha visto interrumpida debido a la restricción a Rakhine.

Desde el 2012 el conflicto en Myanmar ha afectado a la niñez de la minoría musulmana rohingya, que el Gobierno (mayoría de religión budista) se niega a reconocer como pueblo, lo que afecta gravemente a los rohingya de Rakhine. 

"Los niños rohingya necesitan una solución política al asunto de su identidad y ciudadanía(...) mientras tanto deben ser reconocidos antes de nada como niños", subrayó Mercado.

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