Cuatro excontratistas de la empresa de seguridad estadounidense Blackwater Worldwide fueron sentenciados a prisión por la masacre de 14 civiles perpetrada en el año 2007 en Bagdad, capital iraquí.

Paul Slough, Evan Liberty y Dustin Heard fueron condenados por el juez federal Royce Lamberth a permanecer tres décadas tras las rejas; mientras que Nicholas Slatten recibió una sentencia de por vida en prisión.

Los cuatro fueron acusados el pasado mes de octubre de abrir fuego contra 17 civiles en la Plaza Nisur, donde se encontraban para brindar seguridad al personal del Departamento de Estado norteamericano en ese país.

Por su parte un quinto guardia, Jeremy Ridgeway, recibió previamente una condena menor debido a que se declaró culpable y ofreció testimonio contra sus excompañeros por los acontecimientos del 16 de septiembre del 2007.

Informaciones de Buró Federal de Investigación (FBI) determinó que los excontratistas abrieron fuego contra los civiles de forma injustificada y violaron las normas relativas al uso de la fuerza.

Este acontecimiento, conocido como "El domingo sangriento de Bagdad" exacerbó el sentimiento estadounidense en Irak y representó un ejemplo de la impunidad que reciben las empresas de seguridad contratadas por EE.UU. para sus operaciones en ese país.

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