La presidenta de Brasil Dilma Rousseff, afirmó este viernes que en su país no hay espacio para aventuras antidemocráticas, luego de que el jefe de la Cámara de Diputados del Congreso dijera que estudiaba argumentos legales para realizar un juicio político en su contra.

La jefa de Estado brasileña, aseguró que los líderes políticos deberían recurrir al diálogo para resolver las diferencias ideológicas.

La semana pasada, Rousseff apuntó que culminará su gestión presidencial y enfatizó que nada la hará concluir anticipadamente su mandato, "no voy a caer, no caeré, no esperen que me ponga nerviosa, no me atemorizan".

Rousseff también denuncia el plan golpista del opositor Aécio Neves, líder del Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB), como estrategia para salir del arrinconamiento político que tiene en jaque a un gobierno iniciado el 1 de enero.

Las declaraciones de Rousseff se producen luego de que el presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, anunció que rompió relaciones con su Gobierno.

EN CONTEXTO

A inicios del mes de julio, militantes de partidos políticos, grupos sociales, gremios y pastores de Brasil alertaron sobre las pretensiones del líder de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, en algunas ocasiones en contubernio con el representante del Senado, Renan Calheiros, de usurpar el poder ejecutivo para imponer una agenda conservadora.

“Contra esta eventual coalición que prevalece en el Congreso -dispuesta a adoptar una Reforma Política conservadora, reducir la edad de responsabilidad penal e instaurar la tercerización laboral- llamamos al pueblo a manifestarse para pedir respeto a los derechos de las mayorías, la democracia y los trabajadores”, expresaron en un documento.

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