La presidenta de Brasil, separada de su cargo, Dilma Rousseff, no asistirá a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos Río 2016, anunció este martes uno de sus asesores. 

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El asesor, bajo condición de anonimato, declaró a una agencia de noticias que Rousseff "no va a ir" al torneo olímpico, con lo cual despejó la incógnita que ha generado una enorme tensión política en el país suramericano.

En una entrevista concedida a RFI, Rousseff manifestó que no iría para estar "en segundo plano", en la competición deportiva más grande de la historia, que por vez primera se realiza en Suramérica.

Asimismo, el portavoz del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, confirmó su ausencia de la ceremonia inaugural.

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La decisión de los líderes socialistas se da en medio de la actual crisis política que vive Brasil, marcado por el juicio político que se sigue en contra de Rousseff, la primera presidenta democráticamente electa del gigante suramericano y, que podría ser destituida en los próximos meses, una vez finalizados los Juegos Olímpicos, que se desarrollarán del 5 al 21 de agosto próximo.

Lula da Silva, por su parte, fue el principal promotor de la candidatura de Río de Janeiro para los Juegos Olímpicos de 2016 y encabezó el 2 de octubre de 2009 la delegación brasileña en Copenhague, lugar en el que el Comité Olímpico Internacional (COI) eligió la sede del magno evento.

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