La candidata por el Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, y su contrincante del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), Aécio Neves, protagonizaron este jueves el segundo debate presidencial previo al balotaje del 26 de octubre, evidenciando dos modelos diferentes de país.

“Haré un gobierno diferente a los que gobernaron el país antes de 2003. Formo parte de un proyecto político que sacó de la pobreza a 36 millones de brasileños y luchó contra el hambre”, aseguró la mandataria.

“Si al señor le gusta tanto los programas sociales, ¿por qué no los implementaron antes? (…) en los gobiernos pasados las élites políticas se olvidaron del pueblo”, agregó la presidenta en referencia al gobierno neoliberal del PSDB y a Fernando Henrique Cardozo.

En contraparte, Neves indicó que en caso de ser reelecto mejorará los índices económicos, e hizo críticas a la actual gestión al tildar a Brasil de “cementerio de obras inacabadas”.

Rousseff recalcó las acusaciones de nepotismo y corrupción contra el exgobernador de Minas Gerais, al construir un aeropuerto en un terreno propiedad de un familiar y tener a parientes en puestos públicos en el estado. “No volveremos a la corrupción y el nepotismo”, añadió.

En su defensa, Aécio dijo que su hermana Andrea hace trabajo voluntario en el gobierno de Minas. "Mi hermana trabaja mucho y no recibe nada", afirmó.

El próximo debate será este domingo y el último encuentro en televisión entre Rousseff y Neves será el viernes 24, sólo dos días antes de que 142,8 millones de brasileños vuelvan a las urnas.

Dilma Rousseff se mantiene líder en la intención del voto para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con un 47 por ciento de respaldo, mientras que su adversario Aécio Neves cuenta con un 44 por ciento.

En la primera vuelta, la mandataria fue la vencedora, con el 41,59 por ciento de los votos, frente al 33,55 por ciento obtenido por su rival.

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