Diferentes organizaciones han denunciado la crítica situación de la trata de personas en Libia, cuyas principales víctimas son los inmigrantes y refugiados que llegan a ese país, especialmente los subsaharianos.

El comercio de esclavos subsaharianos es uno de los negocios más grandes en Libia, el cual se ha incrementado desde que fue derrocado Muamar Gadafí, en 2011.

Según los testimonios documentados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), los refugiados e inmigrantes que logran sobrevivir al llegar a Libia son recluidos en centros de detención, casas, garajes regulares bajo condiciones deplorables donde son sometidos a torturas y vejaciones constantes para luego ser vendidos como esclavos.

Luego de la venta estos son expuestos a chantajes para exigirles dinero a sus familiares con amenazas de ser lanzados al Mediterráneo nuevamente en embarcaciones, incluso son amenazados de muerte sino cumplen con los trabajos, que  solo benefician a los pederastas.

Tráfico humano y esclavización en el siglo XXI

En agosto, en un lugar clandestino de la ciudad de Trípoli, capital de Libia, un medio estadounidense documentó por primera vez una subasta de refugiados. 

Las imágenes revelaron cómo los inmigrantes subsaharianos que llegan en buscan refugio son vendidos con mensaje como: "Hombre fuerte para trabajar", "¿Alguien necesita un excavador? Éste es un hombre muy fuerte para excavar", con precios que van desde 900, 1.000, 1.100, 1.200 dinares, incluso por menos de 800 dólares.

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