Los arqueólogos y comunidades indígenas de Chile afinan estrategias para protestar contra el regreso del Rally Dakar a Chile en 2019, luego de tres años. Advierten que sería "desastroso" para los sitios protegidos por los indígenas y su patrimonio cultural. 

"Sería nefasto para las comunidades indígenas por la destrucción al patrimonio arqueológico que ha sido vulnerado otras veces por estas carreras de vehículos", denunció Wilfredo Bacian, presidente de la Red de Comunidades Indígenas del Capac Ñam de la Región de Tarapacá.

Por su parte, el presidente de la Fundación Desierto de Atacama, Gonzalo Pimentel, considera que ningún país "desarrollado" aceptaría esta competencia en su territorio, "ya que como bien lo muestra la historia de este rally, solo ha sido viable en países con estados debilitados y que puedan ser fácilmente manejado por los intereses particulares de empresas privadas extranjeras, como es el caso de la empresa francesa ASO a cargo de este rally".

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Entretanto, el ministro de Medio Ambiente de Chile, Marcelo Mena, también rechazó el Dakar a través de su cuenta en Twitter.

Destruir el desierto, sus ecosistemas, y el patrimonio cultural no es buen deporte. Me quedo con la Fórmula E, sin ruido ni emisiones. pic.twitter.com/SYWGyEqt0O

— Marcelo Mena (@marcelomena) 19 de diciembre de 2017

Organizadores de la empresa francesa ASO se reunieron con asesores del recién electo presidente Sebastián Piñera y con el candidato Alejandro Guillier antes de las elecciones para hablar de la competencia, y deportistas como Ignacio Casale han expresado su esperanza de que con el nuevo Gobierno de Chile la carrera se realice nuevamente en nuestro país.

Esta competencia es organizada por la empresa privada Amaury Sport Organisation (ASO), con el patrocinio del Estado chileno, a través del Instituto Nacional de Deportes (IND).

El Colegio de Arqueólogos de Chile señala que durante sus siete años de funcionamiento (entre 2009 y 2015) el Estado chileno ha desembolsado 38,5 millones de dólares para la ejecución de la competencia, un dinero que consideran no ha tenido repercusiones positivas en la imagen de la nación ni en el desarrollo del deporte.